Vistas de página en total

martes, 19 de marzo de 2013

Una cena romántica


Caminan descalzos sobre la hierba húmeda, entre los árboles, apartados de cualquier sendero señalizado para tal efecto. La luna brilla en todo su esplendor en la bóveda celeste, lo que les proporciona luz suficiente para distinguir cualquier obstáculo que exista en el camino. Su manos entrelazadas, cual adolescentes extraídos de una fotografía antigua, completan la escena.
- ¡Me encanta ésta época del año! - exclama ella casi en un susurro, provocando en él una sonrisa. -Hacía tiempo que no salíamos a cenar así, tú y yo solos.
Aprieta su mano en el mismo instante en que distinguen las primeras luces de la urbe, ya están cerca, muy cerca.
- Creí que te agradaría, - le susurra – nos merecemos un poco de intimidad.
- Sabes que te quiero ¿verdad?
- ¿Significa eso que estás nerviosa? - ella asiente – No te preocupes, será inolvidable.
Ya están en los límites que separan la espesa arboleda de la ciudad y, al otro lado de la calle, cientos de personas van saliendo del cine, riendo y bromeando, satisfechas. Ambos se miran, con un brillo intenso reflejado en sus pupilas. Alzan la vista hacia el astro que preside desde el cielo, la mesa dispuesta para la cena. Un largo aullido precede a la transformación y la noche se tiñe de sangre en pocos segundos...

5 comentarios:

  1. Cena romántica... depende de qué parte estés, o del comensal o del plato. Una buena idea este punto de vista. Todos lo hubieran visto desde el lado humano, como algo malo pues somos depredados; sin embargo, la óptica en este relato cambia, y todo se transforma en el detalle de un enamorado. Muy bien.

    ResponderEliminar
  2. ay madre¡¡¡ gracias a tí ya nunca voy a querer encontrar un hombre romantico y sensible que me lleve a ver las estrellas.
    Estaba en la segunda línea enamorada totalmente, pensando en las pocas veces que un hombre te ofrece una noche así y vas tu y me zampas¡¡¡¡. Me ha encantado como lectora pero como menu.....no tanto

    ResponderEliminar
  3. Gracias por vuestros comentarios. Me fascina encontrar el "otro lado" de las historias y más aún, cuando toco un tema tan manido como, en éste caso, el de los hombres lobo. Me pasó lo mismo con el relato de Alicia, claro homenaje a Carroll, al terminar me sentí como un niño después de hacer una travesura, satisfecho de mi pequeña fechoría :)

    ResponderEliminar
  4. Que Jesús me llame loco, es bueno...que lo diga de mi relato ¡es tremendo! jajaja

    ResponderEliminar